En Abril de 2012, acudí a una jornada centrada en el uso de los dispositivos móviles en el entorno empresarial. En ella, todos los ponentes (y hablamos de directivos de empresas tope de gama) se empeñaban en que adaptar nuestro negocio al móvil ya no era el futuro, ni siquiera el presente. Una frase que se me quedó grabada fue "El que no esté ya llevando su negocio a los móviles, llega tarde". Repito: esto lo decían hace más de un año. Demoledor.
Es evidente el crecimiento en el uso de los smartphones, pocos se "libran" ya de llevar encima un "pepino" de móvil, con su tarifa de datos correspondiente. Nos hemos creado una necesidad al estar las 24 pendientes del correo electrónico, el whatsapp, las redes sociales...
Pero estar pegados a Internet de modo permanente (con permiso de las baterías) tiene muchas ventajas. ¿Que nos hemos ido de viaje a Cuenca y queremos buscar un buen restaurante en la ciudad? Rápidamente sacamos el móvil, escribimos "restaurantes en Cuenca" en el buscador Google, leemos las críticas de unos cuantos restaurantes y finalmente nos decidimos por uno. Y en la decisión no sólo ha influido la relación calidad-precio, la web también ha sido un factor determinante, quizás de manera inconsciente.
Una página web exporta la imagen del negocio a la que representa, para bien y para mal. Una web bien diseñada y estructurada, en la que se navegue con facilidad, nos ayuda a convertir la visita en reserva o venta (y a la inversa). Y en una web visualizada desde el teléfono o la tableta, ayuda mucho que la web sea amigable para móviles, que cargue rápido y se adapte a nuestro dispositivo. Es horroroso visualizar un sitio web desde el móvil y tener que desplazarnos continuamente para poder ver el contenido sin dejarnos los ojos en el intento.
Los datos hablan por sí mismos: en las webs que yo gestiono, las visitas desde dispositivos móviles ya representan, de media, casi un 27% respecto del total (dependiendo del sitio web y del día de la semana, entre otros factores). Y este porcentaje va cada vez más in crescendo. Por tanto, el mensaje es claro: llama corriendo a tu webmaster y dile que adapte tu web a dispositivos móviles (y si no sabe o no puede, me sé de un desarrollador muy bueno... :-P). Hay dos posibles estrategias a seguir, y ambas son válidas.
Crear una versión para móviles
Podemos hacer una copia de la web, y que esté optimizada para los dispositivos móviles. Se suele dejar esta copia bajo el subdominio "m" (m.dominio.tld). En esta copia, quitaremos todos los adornos que recarguen la web, eliminaremos las fotos pesadas para que el site cargue rápido, y suprimiremos el uso de tecnologías problemáticas como Flash. La ventaja de seguir esta estrategia, es que todo lo que hagamos en la versión para móviles, estará pensado para que la experiencia del usuario de estos dispositivos sea óptima. El problema es que hemos de asegurarnos de que cualquier cambio en los contenidos de una versión, se aplica también en la otra.
Es la propia web la que debe detectar qué versión mostrarnos, en base al dispositivo y al sistema operativo.
Hacer el diseño adaptable
Personalmente, esta opción me gusta más (aunque insisto que ambas son válidas). En este caso no hay una única copia del sitio, que se amolda al ancho de la pantalla del dispositivo. Siguiendo esta estrategia evitamos el problema de la inconsistencia de los contenidos, aunque en cambio, la labor de quitar los elementos pesados y que la experiencia del usuario sea atractiva en todos los dispositivos es bastante más compleja.