Ya lo avisa el dicho: Lo barato muchas veces sale caro. La semana pasada recibimos la llamada de un cliente que se quería llevar su web a otro proveedor porque le habían hecho una oferta de alojamiento más barato. Nada que objetar, les dimos toda la documentación necesaria para que se llevaran la web. Sin embargo, al cabo de un mes nos llamaron porque no les funcionaba el correo. Amablemente, les informamos de que ya no les dábamos servicio de email, y desde el otro proveedor no supieron solucionarles la papeleta. La conclusión es que la empresa acabó volviendo a ser cliente de Netfila, gastándose dos veces el dinero. Por eso queremos darte algunos consejos a la hora de contratar servicios en la web:
1.- La experiencia
Que una empresa que esté empezando no quiere decir que sea mala... pero tampoco buena. Mejor no arriesgarnos y contrastar el trabajo de una empresa antes de contratarla.
2.- La imagen
Sí, las apariencias engañan, pero sabemos lo que podemos esperar de una empresa que transmite una imagen poco seria o incluso cutre de sí misma, sobre todo en su web, para el caso que nos ocupa. Te van a hacer aquello que proyectan.
3.- Aprendiz de todo ...
... maestro de nada. Al carro de esta profesión se han subido estudios de diseño gráfico, agencias de marketing tradicional o publicidad, etc. Las empresas tienen personal de distintos perfiles y está bien tratar de ser multidisciplinares, pero yo dudaría de una empresa \"especialista\" (y hago énfasis en las comillas) en reparación de móviles, redacción de contenidos, rotulación, fotografía, formación, producción de vídeo, desarrollo web ... El que mucho abarca, ya se sabe.
4.- Las herramientas
Antes de contratar un sitio web, pregunta cuáles son las tecnologías que van a usar y si has de pagar licencias por ellas. Todas las metodologías de trabajo son respetables, pero en Netfila huímos de programaciones prefabricadas (como Wordpress o Prestashop), ya que es la mejor manera de adaptarse a las necesidades específicas de cada cliente.
5.- El precio
Una página web profesional no puede costar menos de 1000 euros, a no ser que sea una web presencial. Como decíamos al principio, acabarás pagando más, porque por debajo de ese límite sólo te pueden hacer una chapucilla para salir del paso.