Todos conocemos las bondades de Internet, sin duda uno de los grandes inventos de la historia,para mí el mejor. Cualquier persona puede navegar por Internet, independientemente de su edad y sus capacidades físicas y psicológicas. Sin embargo, algunas personas son discriminadas al toparse con barreras virtuales que les limita el acceso a ciertos contenidos de la red de redes.
Se estima que un 10% de las personas encuentran algún tipo de barrera en Internet. Puede parecer que es un porcentaje exagerado, pero no lo es si tenemos en cuenta que una mala accesibilidad web no sólo afecta a personas discapacitadas (físicos o sensoriales). Una web recargada de imágenes afecta a usuarios con conexiones de banda estrecha. Incluso unos textos mal redactados pueden resultar inaccesibles.
Existen unas directrices de accesibilidad de contenidos web, cuyo cumplimiento determina el grado de conformidad de un site, desde el nivel AAA (el que cumple con más directrices), al A (menos restrictivo) pasando por el AA. Con una programación adecuada, podemos obtener sitios web accesibles para todos, sin que su estética se vea perjudicada.
Porqué deberíamos cumplir con las directrices de accesibilidad
- Por una pura cuestión de ética.
- Por ley: existen a este respecto leyes tanto a nivel nacional como internacional. En España, cualquier web de un organismo público, o que esté subvencionada con dinero público ha de cumplir con las directrices hasta un nivel AA de accesibilidad web.
- Por negocio: ¿de verdad vas a dejar escapar a un 10% de tu target?
- Por SEO: los buscadores funcionan como usuarios con todas las discapacidades posibles. Es cierto que hacen todo lo posible por evitarlo, pero es difícil de automatizar según que cosas.
En definitiva, ¿por qué no hacer nuestros sitios web accesibles, si esto no implica ninguna desventaja?
Es muy recomendable ver el siguiente vídeo (en inglés, también puedes verlo subtitulado) que ilustra cómo se conectan a la Red tres personas con distintas discapacidades (invidente, cuadrapléjico y sordo), y las dificultades que se encuentran para acceder a los contenidos en la Web.